¿Qué es el compost y cuáles son sus fases? El poder del suelo vivo

El compost con materia orgánica, resultado de un proceso biológico cuyo fin es estabilizar e higienizar los residuos orgánicos, es un magnífico fertilizante. Aunque sus usos y beneficios van más allá: reactiva suelos contaminados o degradados, ayuda a reciclar residuos sólidos urbanos, controla las plagas… El compostaje es parte de nuestro sustrato vital.

Hace tres décadas que las últimas minas cerraron en las montañas de Cartagena y La Unión, en la provincia española de Murcia. Eso no evita que la zona se siga llamando la Sierra Minera. Allí se extraía plata y plomo ya en tiempos de Cartago Nova, una de las ciudades más prominentes de la Hispania romana. Además de los libros de historia, existe otro elemento que recuerda el pasado de la región: la contaminación por metales pesados y residuos mineros que aún hoy se acumulan en sus ramblas y balsas.

Sin embargo, en una pequeña parcela de la localidad de El Llano del Beal, el terreno degradado ha pasado a mejor vida. Hoy, donde hace poco más de una década había un descampado desértico, se extiende una cubierta vegetal saludable, densa y autosostenible, con multitud de especies autóctonas. La fauna –sobre todo, los insectos– también ha regresado. La contaminación no ha desaparecido, pero parece haberse desactivado. El secreto está en el compost.

“En los suelos degradados, el compost aumenta la materia orgánica y la biomasa microbiana. Reactiva todos los ciclos biológicos del suelo, le devuelve la vida”, explica Pilar Bernal, presidenta de la Red Española de Compostaje. La institución donde trabaja, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), fue el que dirigió el estudio de recuperación de los suelos de la Sierra Minera. “Hace tiempo que terminó, pero seguimos visitando el lugar de vez en cuando para ver cómo evoluciona”.

Una forma sencilla de contribuir con la sostenibilidad económica y la del planeta es viajar en bicicleta. Esta opción de movilidad sostenible implica, además de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y la contaminación acústica, un ahorro en combustible. También fomenta la vida saludable. Te damos algunas recomendaciones para que practiques el cicloturismo.

“En este caso, hablamos de contaminantes inorgánicos, como los metales pesados. El compost actúa fijando y reteniendo estos compuestos de forma que no resulten tóxicos para las plantas. Además, frena la degradación, vuelven a activarse los ciclos de los nutrientes y las plantas regresan, creando una cubierta vegetal permanente y estable”, añade Bernal. “Aquello antes era un desierto. Hoy está lleno de plantas e insectos”.

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El compost en la agricultura y la jardinería

El uso del compost para recuperar suelos contaminados o degradados no es raro. Pero donde más se utiliza este material es en agricultura y en jardinería. El compost es el resultado de un proceso biológico que tiene el objetivo de estabilizar e higienizar los residuos orgánicos para que estos puedan ser utilizados como fertilizante. Este proceso se conoce como compostaje.

Según el ‘Manual del compostaje’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el compostaje es la mezcla de materia orgánica en descomposición en condiciones aeróbicas que se emplea para mejorar la estructura del suelo y proporcionar nutrientes. Se trata de un proceso controlado que libera calor, se lleva a cabo en presencia de oxígeno (aeróbico) y humedad y degrada la materia orgánica hasta convertirla en un material estable y útil como fertilizante o como sustrato.

En realidad, el compostaje imita la degradación natural de la materia orgánica, pero lo hace de forma más eficiente y controlada. “Para fabricar compost se puede utilizar cualquier residuo orgánico, aunque los más convenientes son los residuos vegetales”, señala Bernal. Aun así, son las legislaciones de cada país o territorio las que establecen qué se puede considerar compost y qué no. Según los reglamentos europeos, por ejemplo, puede producirse compost a partir de los siguientes materiales:

  • Estiércoles y purines. Es decir, las excreciones de los animales de ganadería, de contenido elevado en nitrógeno.
  • Fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. En este caso, deben proceder solo de la recogida selectiva de orgánicos, para evitar que vengan mezclados con otros residuos como plásticos o vidrio.
  • Restos forestales o agrícolas, con preferencia por los materiales leñosos. Suelen ser residuos con alto contenido en carbono.
  • Residuos de la industria agroalimentaria, como, por ejemplo, los restos tras la extracción del aceite de oliva o del mosto para la elaboración de vino.

Más allá de aspectos legislativos, en realidad, cualquier material orgánico puede someterse a un proceso de compostaje. “Para poder tener un buen compost necesitamos, sobre todo, equilibrio entre los materiales ricos en carbono y los ricos en nitrógeno. La relación debe ser de alrededor de 25 partes de carbono por una de nitrógeno”, explica Neus Vinyals, ingeniera agrícola y coordinadora de la asociación L’Era de estudio y fomento de la agricultura ecológica.

Fuente: BBVA

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